A
veces se me olvida de que está compuesto
el mundo. Despertamos y solemos observar el brillo de nuestra estrella
madre. Escuchar el sonido de un pájaro
trinar. Sentir el calor del café al bajar por nuestra garganta y, ser liberado
por la presión del aire en tu cuerpo. Para
así, salir a la calle y encontrarte en la cera de mi edificio y decirte:
En el mundo pueden existir miles de maravillas, pero entre tantas, tú serás la única que me da la razón de levantarme y comenzar el día.
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